Como norma general, el bético debería tener claro que un buen periodista no habla de lo bueno que es, se limita a trabajar y a esperar que su trabajo hable por él. No se ponen a insultar a otros periodistas llamándolos arrastrapechos (Agustín Varela) por tener mejores contactos que ellos, no se las dan de tener «gargantas profundas» (Radio Sevilla) en un club donde no los soporta ni el de los tornos, no se autodenominan «prensa libre» (toda la biriprensa croquetera) a diario dando a entender que otros no lo son… cuando un periodista tiene que recurrir a estas cosas, háganme caso, desconfíen, pues están intentando convencerles de algo que su trabajo como periodista no puede. Al final no es más que el viejo truco del tocomocho, el típico «dar coba«, el enseñarte lo que hay en una mano para meterte la otra en la cartera.
Como mediocre periodista que es, Antonio Félix no carece de su cuota de autobombo, en el que denigra a sus compañeros por hacer algo que, dice, él no hace. Él es imparcial, él nunca habla con la bufanda puesta, ni por defender a un equipo… bueno, en esto tiene razón, él habla básicamente para atacar al Real Betis, aunque para ello tenga que mentir o hacer lecturas torticeras. El tocomocho lo publicó en su columna El mañana, del 8 de junio del presente año.
El resto del artículo da para pensar sobre el simplismo que un analista sin conocimiento utiliza siempre y el uso torticero que hace de sus limitados conocimientos. Resulta que el Betis tiene un grave problema poco menos que irresoluble porque su plantilla es la segunda más vieja de LaLiga… el hecho de que esta plantilla haya logrado un título tres semanas antes, le importa poco. Que el valor de la plantilla haya aumentado en estos dos años, tampoco lo valora; y que la edad media sea de 30 años, que es una edad estupenda para jugar al fútbol al máximo rendimiento, es un problema… Eso sí, para el mercado, y ya sabemos que como ellos funcionan según respira Monchi, que el club lleve dos años negándose a malvender y encima con éxitos deportivos, es una mala cosa. Ojo, que nadie niega la necesidad de vender reconocida por el propio club, pero menospreciar a quien ha conseguido en sus dos años en el Betis más títulos que Monchi en este mismo tiempo y gastándose una milésima parte de lo que gastó su gurú de la magia, es para que se lo haga mirar. Y sí, afirmamos sin temor que no lo hace «desde la imparcialidad» que vende cuando nos da coba, lo hace a conciencia.
Repasemos algunos de los artículos de este impresentable:
En diciembre de 2020, aprovechando que el míster estaba aún haciéndose con la plantilla, aprovechó ese momento de dudas para escribir el artículo llamado Pellehiddink, ya sabemos lo mucho que a la biriprensa le gusta utilizar nombres que no triunfaron en el Betis para denominar a los recién llegados y dinamitar así su imagen de cara los lectores y seguidores béticos. Fekir con Van der Vart, Haro con Lopera o Pellegrini con Griguol o con Hiddink. Un modus operandi ridículo, pero que demuestra perfectamente las intenciones de los que lo utilizan.
Este artículo absolutamente ventajista se escribe tras la jornada 11, estando el Betis el 15 , pero a tres puntos del octavo y a cinco del séptimo. La crítica se podía entender, pero un análisis serio daba para mucho más tras un buen inicio de temporada con dos victorias seguidas y derrotas cosechadas jugando bien en partidos muy mosqueantes con el tema arbitral como Real Madrid, Real Sociedad, Atleti o Barcelona. El caso es que había razones para confiar, se podían buscar motivos para creer y se podía vender fe sin que por ello se faltara a la verdad. Sin embargo, Antonio siempre tira hacia el aspecto más negativo de la vida, tapándose los oídos ante los silbidos de los Monty Phyton, y mucho más si puede sacar rédito para atizar a sus odiados Haro y Catalán («época lopeharista», dice el cretino)… el problema es que decide pasar por alto la dilatada experiencia de Pellegrini y prefiere ponerlo como alguien incapaz de debatir ante «la soberbia de los dirigentes«, como si lo hubieran engañado o como si no le importara nada. Su apuesta es clara: Ni tres meses iba a durar. El resto es historia, entre los mejores equipos europeos del año natural 2021, clasificación europea, campeón de Copa del Rey, digna competición europea, e histórica clasificación para Europa League.
Es lo que tiene analizar desde la inquina, que no te permite ver la realidad ni las posibilidades. Es como analizar con unas orejeras de burro, que te limita la visión. Te incapacita.
Esto no queda aquí, una vez la prensa descubrió que Pellegrini era un valor seguro, optó por despreciar al otro gran fichaje de aquel verano: Antonio Cordón. Y como nuestro mediocre periodista es uno más de la mente colmena, no perdió la ocasión de faltarle al respeto al Director Deportivo de la entidad.
El 25 de agosto de 2021, escribió El Maestro , un artículo hablando de Antonio Cordón en el que lo pone a caer de un guindo incluso utilizando a su idolatrado Monchi a la inversa, es decir, si en este caso Monchi habla bien de un profesional como Cordón, es porque es malo para el Betis. Lo peor es que si en el caso de Pellegrini el equipo estaba pasando una mala racha deportiva, en este caso escribe el pretoriano después de que el equipo se hubiera clasificado para Europa League haciendo un 2021 brillante en el que tres de los cuatro fichajes a coste cero de Cordón fueron titulares indiscutibles: Bravo, Víctor Ruíz y Miranda. Además, su apuesta por repescar cedidos como Aitor y Sanabria dio rendimiento y dinero, pues le sacó al delantero en torno a diez millones. Y eso sin contar con los canteranos que usó para completar la plantilla. Es decir, había muchos y buenos motivos para, al menos, tener confianza en el director deportivo… pero la mente colmena exigía sangre, aunque la víctima fuera el buen periodismo deportivo.
Una de las características más llamativas y fáciles de captar de un mal periodista es la soberbia. Una debilidad de carácter muy común en nuestra biriprensa. Este artículo es un claro ejemplo de lo que un plumilla es capaz de creerse, de la chulería y la falta de respeto que es capaz de ejercer. Para empezar no hace la labor mínima de informarse sobre la trayectoria del personaje del que va a hablar, reduciendo su éxito al Villareal e ignorando lo demás; para continuar, menosprecia el valor de lo realizado el año anterior, aunque el equipo se clasificara para Europa League, a continuación se viste de director deportivo aunque no lo avalan ni sus conocimientos ni sus comentarios, para juzgar la capacidad de Cordón en el segundo verano de fichajes. Ya saben, Sabaly, Pezzela, Rui Silva, Miranda en propiedad, la repesca de Edgar y Rober y, en fechas posteriores a las de su ventajista artículo, Willian José y Bellerín. En dos mercados veraniegos se ha gastado la friolera de cuatro millones de euros. Y el resto, como en el caso de Pellegrini, es historia. Lo de que un mono con un lápiz ficha igual es para quedar con él en un callejón oscuro, pero se aprovecha, como el resto de chulitos de playa que escriben en Sevilla, de que el club tiene demasiada clase para eso. Para terminar, ya que menciona a Monchi en el último párrafo, reiterar que en lo que lleva aquí, Cordón gana por un título a cero. Esto le debe hacer pupita.
En diciembre de 2021 Antonio Félix sacó su soberbia a pasear y escribió Lilliput, un artículo que fue convenientemente contestado en nuestro Speculo número 3, y del que rescataremos sencillamente esta frase: «El ejercicio de soberbia y de chulería que realizó este «señor» es un disparate que sólo sirve como ejercicio de complacencia con los suyos (sevillistas y antibéticos) y para provocar ira en el bético de bien. A veces, parece que estos juntaletras están buscando que alguien les diga algo para poder hacerse la víctima (…)»
Tal es su pleitesía al mago, que no duda en analizar de manera torticera un año que está siendo espléndido en clave bética. De este modo, lo que estaba siendo un equipo que ganaba casi siempre, de repente es un equipo que roza el fracaso más absoluto. La columna recibe el nombre de Imitación y la escribió el 16 de marzo.
En primer lugar, hace la jaimitada (¿deberíamos decir Liañada?) de intentar hacernos creer que llegar a una final y no ganarla es un absoluto fracaso, que ya es una argucia argumental ridícula, lo importante es que en su absolutamente, y ha quedado demostrado, inútil parecer, el Betis está poco menos que listo de papeles, tieso, incapaz de lograr nada a menos que imite al Sevilla… pero claro, tendremos que suponer que no se refiere al Sevilla de este año, paupérrimo en Champions, triste en su competición fetiche, y cobarde en la Copa del Rey de la que lo expulsamos nosotros… y que ha terminado pidiendo la hora para no perder la cuarta plaza que da pie a jugar en Champions Laegue, a pesar de tener decenas de millones de más presupuesto.
No crean que con los títulos se acaban las insidias, el pasado seis de julio, con Luiz Hernique recién aterrizado, al bueno de Antonio Félix se le ocurre acusar al club de dos cosas que son mentira, o que al menos, no puede probar. Una, de hecho, es bastante grave. El artículo se llama Luiz Pelé y juega a algo que también es propio de la biriprensa más mendruga: Decir que el club hace algo que no hace, y posteriormente acusarlo y criticarlo por ello.
Como los que tragan bilis a diario no dejan pasar una oportunidad, por absurda que sea, el plumilla del medio vetado y seleccionador de mediocres, decide acusar al club de darle demasiado bombo a Luiz Henrique, pero antes de nada aprovecha para tirar mierda sobre el club achacándole algo que no es más que la reacción cada vez más airada de los béticos en redes sociales a la mala praxis de la prensa y sus opinadores. El uso de la palabra sultán para referirse a Haro demuestra una vez más el grado de infantilismo al que es un talludito, que desde la última vez que se peinó ha visto pasar lustros, es capaz de llegar con tal de dar rienda suelta a su inquina. El caso es que achaca al club que los béticos defendamos al Betis y los nuestros de los ataques de los suyos. Como esta mentira (pues nadie del club ha dicho nada de ningún medio) se le queda corta, utiliza su fértil imaginación para decir que no se habla desde el club más que del nuevo jugador, «es la reencarnación de Ronaldo, es el nuevo Pelé«, dice, adornando su mentira con, probablemente, los únicos jugadores brasileños que le suenan. La realidad es que el chaval ha terminado su competición mucho más tarde que el Real Betis, y eso nos ha permitido a los béticos seguir sus últimas apariciones con su anterior equipo, en las que además, y seguramente esto es lo que más le joda, resulta que Luiz Henrique ha tenido protagonismo con goles y asistencias. Para él, que el club saque rédito en redes de estos goles y asistencias está mal porque patata, porque no vaya a ser que los béticos elevemos a los altares a alguien tan joven y que nunca ha jugado en Europa. La única verdad es que no hay bético que no sea consciente de ello. Otra cosa es que lo que se le ha visto, de momento, haya gustado e incluso ilusionado, y sí, ya sabemos que la ilusión es la mayor enemiga de los que solo pretenden vender basura, como Antonio Félix. De hecho, el único que ha dicho algo altisonante y fuera de lugar es él, con un titular absurdo como Luiz Pelé… lo que viene en consonancia con otros ilustres plumillas como Espina y su «Lainez, el nuevo Messi». De verdad, inventar estas cosas para luego atizar al club os pone a la altura del betún.
Y como soltar dos mentiras no le ha resultado lo suficientemente rentable en sus foros de mediocres, el infeliz se lanza directamente a manchar el nombre y la reputación de una entidad que, hasta ahora, está siendo un ejemplo de transparencia.
El Betis está haciendo trampas. Dice alegremente.
Y además, afirma que lo dice el copresidente del club.
Por lo visto el tema aquí es ir soltando las mentiras cada vez más gordas. Y si esto ya es malo, cuando quiere justificar su denuncia, volvemos a un infantilismo que cada vez resulta menos sorprendente. El Betis, según este lumbreras, está haciendo trampas porque Catalán dijo que hacían falta una serie de millones y el club no ha vendido nada, por lo que si está fichando, es que hace trampa de alguna forma. ¿De qué forma? No le pregunten a él, ni que fuera un periodista serio que informa a sus lectores. Él se limita a protestar como un niño chico porque no entiende cómo pasan las cosas con los mayores.
Lo peor de todo es que a estas alturas casi cualquier bético es capaz de lanzar algunas ideas de por qué se están dando estas circunstancias especiales. El solo menciona una, el Barcelona y sus palancas… por cierto, querido, los eufemismos los suelen dar a conocer los periodistas. Menciona torticeramente el inicio de las obras de la Nueva Ciudad Deportiva del Real Betis, algo que cualquiera mínimamente informado sabe que no depende del cash que disponga el club, sino de unos fondos europeos a los que hemos tenido acceso. Debería saberlo, la verdad, es su trabajo, qué menos.
El tema de las palancas, que ya veremos si el Betis tiene que activarlas o no, suena un poco a lo que pasó con el CVC, que era un horror, era el mal malísimo, hasta que el Sevilla se acogió a él para poder fichar el año pasado.
El intento de comparar al Betis con el Barcelona solo demuestra la inmoralidad de sus postulados. Aunque en realidad, todo queda meridianamente claro desde que infantilmente habla de que el Real Betis hace trampas y no se esfuerza ni un poquito en entender en qué consisten esas palancas de las que habla. Lo único que queda claro es que eso de que el Betis lleve tres fichajes a estas alturas y que el Sevilla haya vendido (¿malvendido?) a una de sus figuras, y tenga que vender la otra para poder moverse en el mercado, le tiene tragando bilis a borbotones. Su último párrafo le delata.
Por eso, además de Megamind, para nosotros se ha convertido en Antonio el Infelix... y su sufrimiento nos divierte mucho.