Ya estamos acostumbrados a desaires y envalentonamientos detrás de una pantalla desde el sofá de su casa por parte de juntaletras con clara ascendencia sevillista. Este año sin ir más lejos hemos tenido a González Cotta queriendo lograr que su nombre se conozca a base de desear lesiones a los béticos que corren en San Fermín, o por un artículo tan desacertado sobre Joaquín que el propio subdirector del medio en que fue publicado tuvo que escribir otro al día siguiente intentando minimizar el daño que el impresentable hizo a su medio a costa de lograr esa notoriedad insana del «que hablen de mi aunque sea mal».
El Correo de Andalucía es un medio moribundo que ya desapareció de los kioscos y que sobrevive de aquella manera como medio digital, intentando evitar su defunción con artículos de dudosa calidad y con opiniones que firman personajes de dudosa moralidad. Pareciese incluso que el director del medio buscase la excusa para poder darle descanso eterno al Correo.
De este modo, nos encontramos con un artículo de opinión de esos que, desde el titular, es todo lamentable.
Obviamente, el Villamarín no va a ningún lado… pero es que además en el resto del artículo, que iremos desgranando, se habla sobre este asunto muy de pasada. Con lo que llegamos a la conclusión de que es un titular clickbait, carente, no solo de veracidad real, sino de coherencia con el texto. Para dejar claro que no va a ser un buen artículo (está muy mal redactado y hay que leerlo varias veces para entender algo más allá de «sentir» la inquina que desprende), el primer párrafo es un sinsentido que solo se explica mínimamente si tratamos de entender que lo que hace Escañuela es insultar a los béticos de forma velada. Otra opción es que hubiera sido escrito bajo el efecto del alcohol.
Lo siguiente que hace el «gran» Escañuela es mencionar a dos «narradores de las trece rayas», pero antes, aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para tratar de malmeter contra la directiva, por algo que, además, no es cierto. Lo de decir «rayas» en lugar de «barras» nos hace dudar nuevamente de que este hombre escribiera su opinión en buen estado.
El tema de las camisetas viene porque el club ha sacado un modelo especial para jugar la Supercopa, y es cierto que, gustos aparte, tiene menos barras de lo habitual… pero tampoco es menos cierto que las camisetas oficiales, cada año, son tradicionales. El fútbol moderno obliga a estas cosas para generar dividendos, y sí, puede ser criticable, pero no hace falta mentir queriendo ver cosas que no hay.
Como vemos, ahora el gran Escañuela quiere destacar a dos presidentes, y es imposible no reírse al ver el nombre de Lopera junto al de Villamarín. Poner a Don Manué de víctima, hoy día, con todo lo que se ha sabido y después de que fuera inhabilitado por la gestión dolosa y a posta del Real Betis, produce hilaridad… pero entendemos que el escritor pueda tener ciertas simpatías hacia los inhabilitados ¿verdad, José Luís?
Por fin llegamos a lo que anuncia el titular solo para descubrir que el gran Escañuela no aporta nada. Ni una información, ni un dato, ni una opinión con fundamento. Se intuye su disgusto en el «sisan», que implica que a los béticos nos roban el estadio, pero nada más. A partir de aquí empieza una diatriba política que demuestra que pensaba en cuitas personales antes que en escribir algo con lógica.
Toscano, por cierto, era el Alcalde de Dos Hermanas cuando el Real Betis llegó al acuerdo por los terrenos para la construcción de la Nueva Ciudad Deportiva, un proyecto que ilusiona a cualquier bético cabal. No queremos pensar que el gran Escañuela esté mezclando churras con merinas, ciudad deportiva con estadio, para poder lanzar el mantra asustaviejas: «Nos roban el estadio».
Otra opción, más antigua pero cierta, podría explicar la demagogia del escritor, pero no la mentira subyacente. Dos Hermanas ya ha estado litigando contra Sevilla y la Junta por la propiedad de los terrenos en los que está asentado el Benito Villamarín, así como otras barriadas. En todo caso, el suelo cambiaría de localidad, de pertenencia, con lo que el mantra asustaviejas no es más que un brindis al sol.
https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-supremo-admite-recurso-permitiria-hermanas-recuperar-suelos-sevilla-200907030300-922233636460_noticia.html
De repente, a lo loco, el gran Escañuela cambia de tema y se pone a hablar de política sin venir a cuento, y todo para poder meter el bocadillo de que no le gustó la recepción del Betis en el Congreso, algo lícito, por supuesto, pero absolutamente irrelevante para el tema supuestamente inicial, y que demuestra que este señor está muy lejos de saber y conocer la realidad del Real Betis. Y por favor, no nos hagáis hablar de la redacción de este párrafo y del uso de las subordinadas. ¿De verdad nadie en el Correo lee lo que se publica? Tampoco nos sorprende.
Y de nuevo otro salto sin red para atacar de cualquier forma a directivos del Betis. ¿A qué viene nombrar a Catalán cuando quiere referirse al anterior propietario del piso que tiene en La Antilla? ¿Por qué menciona a la madre de un directivo para lanzar insidias y además irse por las ramas hablando de machismo? ¿La cuentas fingen algo? ¿El Betis va hacia su disolución o a Dos Hermanas?
De verdad, José Luís Escañuela, más allá de lo horrible de su redacción, el artículo es un sinsentido que parece escrito por alguien que no está bueno. Hágaselo mirar.
Desde Veritas creemos que, en el fondo, el gran Escañuela siente la necesidad de volver a ser alguien en Sevilla. Es el expresidente de la Federación Española de Tenis, de la que salió escaldado por gestión delictiva, que terminó con su inhabilitación. Y es que utilizar dinero público para pagarse la cabalgata de Reyes o viajar con su señora, está mal, José Luís.
Un directivo que en su buena época fue premiado como Mejor Dirigente Deportivo de Andalucía concedido por la Asociación de la Prensa Andaluza en el año 2009 (del tino de la prensa ya hablaremos en otra ocasión), e incluso su nombre fue barajado como presidenciable para el Real Betis Balompié.
Quizás la inquina que reflejan sus palabras no sean más que un quiero y no puedo lanzado por un anciano que una vez fue y solo le quedan los recuerdos. En todo caso, su artículo nos parece una desfachatez impropia de alguien de sus edad y posición.