Un derbi atractivísimo seguro para el que lo haya visto sin ser del Betis o del Sevilla, pero de infarto para los que sienten en blanquirrojo y en verdiblanco. Pudo pasar cualquier cosa y, como suele ocurrir en estos casos, pasó lo que menos daño hace a ambos, el empate. Un punto que sabe a poco o a mucho al final con claridad, pero que fue mutando la sensación y el bando durante el encuentro a medida que unos marcaban y se iban quedando con menos futbolistas. Tres rojas, cuatro contando la de Doblas en el banquillo, y un puñado de amarillas fueron la forma de Sánchez Martínez de manejar el partido de los partidos en clave hispalense, que claramente le vino grande, aunque, hay que insistir aquí, varios de los protagonistas se lo pusieron fácil.
En cuanto a las puntuaciones del anfitrión, tres suspensos evidentes, uno por su bajo rendimiento y dos por autoexpulsarse, con todas las comillas y todos los matices del mundo. Se lo pusieron, valga la redundancia, fácil a un colegiado de gatillo fácil y difícil a sus compañeros. No tuvo demasiado tiempo de brillar el cuadro heliopolitano, que jugó casi toda la segunda mitad con nueve efectivos, entre los que descollaron tres también: uno por estar en todos lados y hacerlo bastante bien, así como otros dos por salvar a los suyos en varias ocasiones.
RESTO DE LAS PUNTUACIONES EN: