Lo que le ocurrió al Betis hace pocas semanas en su visita a Balaídos, donde recibió tres tarjetas amarillas y una roja directa en un partido en el que sólo había cometido tres faltas, tuvo continuidad ayer en el derbi. Un duelo de alta tensión que tenía muy encarrilado, después de ponerse con 1-0 en el marcador y jugar con un futbolista más, y en el que tuvo que sufrir para salvar un punto después de verse más 40 minutos en inferioridad numérica.
Los de Pellegrini recibieron cuatro tarjetas amarillas y dos rojas (tres si sumamos la que le mostraron al entrenador de porteros, Toni Doblas, por protestar) en un encuentro en el que sólo cometieron seis faltas. Otro ‘pleno’ que la pasa factura a un Betis que se está dejando puntos importantes por el camino por cuestiones meramente disciplinarias. Algunas evitables, como las expulsiones de Fekir y Borja Iglesias frente al Sevilla, que pecaron de un exceso de ‘revoluciones’.
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